Bajo esta premisa, Axel Kaiser y Gloria Álvarez quieren advertir sobre los riesgos que conlleva el populismo en América Latina. Por eso transmiten un mensaje a través de su obra: El Engaño Populista, para describir precisamente a ese político que apela al sentimiento del votante, en vez del pensamiento; a ese Estado que crece desmesuradamente, y al asistencialismo como un mal endémico que se propaga rápidamente en las políticas latinoamericanas.
Tanto Gloria como Axel creen que esta situación se puede revertir, con la adecuada formación y educación de las personas, de manera que entiendan que la única forma de salir adelante es por el esfuerzo individual, sin esperar la «ayuda» de los gobernantes. Así lo expresan ellos en su libro, que describen como un aporte a las nuevas generaciones.
Con motivo del lanzamiento de la obra El Engaño Populista, en El Salvador, los coautores compartieron las siguientes líneas con Curul 85.
Curul 85: ¿Cómo nace la iniciativa de crear esta obra?
Axel Kaiser (AK): Gloria y yo compartimos una preocupación muy antigua sobre el futuro de América Latina, los dos somos personas que hemos vivido afuera, en países desarrollados y estamos preocupados por lo que ocurrió con el socialismo del siglo XXI. Llegamos a la conclusión de que hacía falta dar un mensaje a los jóvenes, a una nueva generación, para levantar el ánimo de América Latina porque están muy en el suelo, a pesar de algunos éxitos antipopulistas en la región.
Cuando conocí a Gloria la invité a Chile a que diera charlas, y le propuse escribir este libro. Queremos que este libro explique el populismo y de unas propuestas de cómo superarlo, es un proyecto ambicioso aunque no pretende ser un tratado sobre populismo.
Gloria Álvarez (GA): Cuando hago el discurso en contra del populismo en Zaragoza y se viraliza y me invitan a dar muchas conferencias, entre ellas en Chile, con la Fundación para el Progreso de Chile, de donde Axel es director, y me propone que escribamos este libro, y sentimos que era necesario hacer esta obra que sirviera como un manual de emergencia para que las personas entendieran cuál es el diagnóstico y cuáles son la soluciones. Lo que nos pasa a veces en nuestro países de América Latina es que estamos tan agobiados en nuestros problemas que creemos que los otros países no tienen ese mismo problema. Lo que vemos con el populismo es que no es así, es una estrategia y es un mal en todos estos países.
C85: Caractericemos al político populista. ¿Qué hace para que la gente crea en ellos? ¿Acaso es una «moda» entre políticos ser populista para lograr el poder?
AK: Lo que ocurre con el populismo es que es la forma más fácil de ganar elecciones. Porque normalmente consiste en prometer una serie de beneficios demagógicos que el líder sabe que no va a poder cumplir, más que un breve período de tiempo, pero lo que realmente busca es acumular el poder en sus manos, es servirse del poder. Eso aplica tanto a la derecha como a la izquierda populista, y comparten el hecho de ser estatistas, siempre abogan por con el incremento del tamaño del Estado. En el caso de la izquierda, que es el populismo más recurrente en América Latina, se compone con el factor de la lucha de clases, la supuesta redención que va a lograr el caudillo, de las clases oprimidas, por la supuesta oligarquía. Pero en la práctica tienen mucha relación ambos, tanto el populismo de izquierda como de derecha tienen los mismos objetivos: redistribuir y cerrar la economía, la izquierda lo hace de una manera más agresiva, son muy parecidos en ese sentido.
«El populismo consiste en prometer una serie de beneficios demagógicos que el líder sabe que no va a poder cumplir, más que un breve período de tiempo», Axel Kaiser
Podemos decir que el populista apela más a un sentimiento que al pensamiento crítico del ciudadano
AK: Absolutamente. El populista apela a la emoción en el sentido de explotar los resentimientos al decirle al pueblo mira, aquí hay unos pocos que te abusan y te explotan, y yo te voy a defender, se presentan como el protector o el redentor. Pero también apela a cierta racionalidad a corto plazo, que es el beneficio. El populista le ofrece a la gente que va a estar mejor después de que lo elijan. Entonces la gente hace un cálculo cuando vota por un populista. Y el populista busca acercarse a la gente con técnicas comunicacionales que lo ponen muy en contacto con la masa, como por ejemplo, organizar «Poketours» (Del popular juego de Pokemon) eso es un destilado del populismo, ningún líder serio del mundo haría eso.
En la obra ustedes definen que desde el populismo hay un discurso de odio contra todo el pensamiento liberal ¿Cuál es la razón de ello?
AK: El populismo en esencia es antiliberal. Apela a un instinto muy primitivo de los seres humanos, que es tener un protector que se hace cargo de su vida, como funcionaban las tribus. El populista conecta con esa visión, que le va a resolver la vida casi de manera mágica.
GA: Para ellos es imprescindible meter miedo al ciudadano. Miedo de si eres capaz de poder salir adelante solo que viene del miedo a la incertidumbre del futuro para todos, la incertidumbre de que si el ser humano es libre no puede ser capaz de salir adelante. Cuando el discurso aceptado colectivamente es que el individuo no puede por sí solo, el populista viene a ofrecer algo que nadie más puede dar, como si fuera un clarividente que nos puede resolver ese futuro.
Para adoptar medidas populistas, se necesita de recursos. Y muchas veces, en nuestros países es lo que menos hay ¿Cómo hace el populista para seguir sosteniendo sus medidas?
AK: Lo que ocurre es que el populista siempre termina arruinando el país que gobierna, a mediano o a largo plazo, esto porque de una u otra forma debe sostener la expectativa que ha creado y entonces el populista debe seguir entregando los beneficios o subsidios que da, y en vista que las necesidades son ilimitadas y los recursos se agotan, debe mantener el flujo de dinero e incrementarlo, para que se vayan sumando otros sectores que no se han beneficiado aún, y se topan con la realidad que el dinero no alcanza para todos, recurriendo así a los impuestos o préstamos, y en ese proceso endeudan a un país.
«La gasolina del populismo es la corrupción. Porque si tienes instituciones fuertes, y velan por la transparencia, se acaban los populistas de un día para otro», Gloria Álvarez
GA: La gasolina del populismo es la corrupción. Porque si tienes instituciones fuertes, y velan por la transparencia, se acaban los populistas de un día para otro. Necesitas utilizar de manera arbitraria los recursos, funcionar como un pulpo que mueva dinero de una secretaría a otra en el Estado, esto de acuerdo a la necesidad populista del momento, allí es donde los planes a largo plazo o los proyectos de país no tienen continuidad, no importa que gobierno quede, desaparece la opción de proyectos de largo plazo y los planes o proyectos de país.
Y parece que hay un acomodo en la sociedad, para tan solo extender la mano y recibir lo que den nuestros gobiernos
AK: La mentalidad es el problema. En América Latina es una cultura general que viene desde la colonia. El nivel de dependencia y control que surgió en nuestros países sobre la vida de las personas hizo daño. Es algo tradicional. Hasta la misma iglesia católica ha tenido la concepción de que el Estado debe mantener a los pobres y regalarles todo. Está tan arraigado esto que solo se puede quitar con una educación sistemática de muchas generaciones, de lo contrario, estaremos cayendo siempre en ciclos de populismo.
GA: Muchos filósofos que defendían las libertades en América Latina murieron frustrados al no poder cambiar la mentalidad, que es algo tan arraigado. Mucha gente dice que si la política o la economía cambiara fuese diferente, pero no, la política es como es porque nuestra mentalidad la dicta. Veamos en Venezuela, donde a pesar de la crisis económica y todos los problemas que enfrentan, la misma oposición defiende ideas populistas, como su ideología. Leopoldo López pertenece a la internacional socialista, y tanto su esposa como su padre van por el mundo defendiendo el socialismo al mismo tiempo que piden su liberación. El mismo pueblo venezolano sale a las calles a protestar pero salen a exigir que el presidente Nicolás Maduro ponga medicinas en los hospitales, comidas en los supermercados, etc.
En el capítulo final de la obra hablan de las recomendaciones para salvar del populismo a nuestros países ¿Hay salida a esta situación?
AK: Hay una esperanza desde el momento en que más jóvenes siguen las líneas de las ideas de las sociedades libres, el apoyo a asociaciones que defienden estas ideas es importante, y nosotros
GA: El «qué hacer» empieza con uno mismo. Cada quién tiene su eje de influencia. Hay que aprovechar las tecnologías de la comunicación para ello, por eso el tercer capítulo del libro propone cómo hacer para salir del populismo. Tenemos que ser más analíticos y también apoyar a proyectos que den esa batalla cultural, nosotros no decimos que tomando un arma se soluciona esto, se trata de la batalla de las ideas y allí es donde tenemos la ventaja, porque en el debate no pueden contra estas ideas. Sus ideas no están basadas en la lógica económica y no han funcionado en el tiempo.